En el último número del boletín online del Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC) se aborda este y otros asuntos de interés. Los “superalimentos” suscitan un gran interés pero para poder distinguir entre lo cierto y el bombo publicitario, es importante examinar meticulosamente las pruebas científicas que pueda haber detrás de las afirmaciones de los medios de comunicación sobre estos alimentos. No obstante, no es realista esperar que un pequeño conjunto de «superalimentos» vaya a aumentar significativamente nuestro bienestar.
En general, el término superalimentos se refiere a alimentos, especialmente frutas y verduras, cuyo contenido en nutrientes les confiere un beneficio para la salud superior al que puedan tener otros alimentos. Por ejemplo, las zanahorias, las manzanas y las cebollas son riquísimas en nutrientes saludables como el beta-caroteno, la fibra alimentaria y el flavonoide quercetina; sin embargo otros alimentos comprendidos en nuestras dietas pueden proporcionarnos nutrientes tan valiosos como los que se encuentran en los «superalimentos», así las variedades integrales de los alimentos ricos en almidón basados en cereales, como el pan, el arroz, y la pasta, son asimismo muy ricos en fibra alimentaria. Los alimentos citados suelen tener la ventaja adicional de ser baratos y de estar muy disponibles, lo que se traduce en que podemos consumirlos fácilmente en cantidades lo suficientemente cuantiosas y con regularidad a fin de aprovechar al máximo los nutrientes que contienen. Asimismo, la mayoría de los europeos no ingieren una cantidad de fruta y verdura que sea suficiente para cumplir con las recomendaciones dietéticas, así que aumentar nuestra ingesta diaria de una amplia variedad de frutas y verduras nos ayudará, y mucho, a aumentar de forma general nuestro bienestar
El artículo concluye en que “para asegurarnos una ingesta equilibrada de nutrientes de cara a disfrutar de una buena salud, debemos aumentar el abanico de alimentos nutritivos que incluimos en nuestras dietas, en vez de centrarnos exclusivamente en un pequeño conjunto de alimentos de los que se ha afirmado que son «súper». Y algo muy importante: nuestras dietas deben incluir una mayor cantidad y variedad de frutas y verduras.