La dieta de los españoles, aunque aún mantiene características saludables, se está alejando de la dieta mediterránea, especialmente en lo referente al consumo de frutas, hortalizas, legumbres y alimentos integrales, mientras que los alimentos ricos en grasas poco saludables, azúcar añadido y sal, toman cada vez más peso en la cesta de la compra. En las últimas dos décadas España ha disminuido su adherencia a la dieta mediterránea, siendo el segundo país por detrás de Grecia que más se ha alejado de esta dieta. Además, sólo un 25% de los entrevistados afirmaron realizar ejercicio con regularidad. La World Cancer Research Fund en su informe “Nutrición, Alimentación y Actividad Física en la Prevención del cáncer: una perspectiva global”, y que en la actualidad es el documento de referencia mundial para la evidencia entre estilo de vida y cáncer, pone de manifiesto que esta tendencia en el alejamiento de estilos de vida saludables podrían incrementar el riesgo de tener cáncer.
Más del 50% de los entrevistados no creen, al contrario que los expertos, que las carnes rojas, los alimentos ricos en grasas saturadas, o los alimentos quemados podría incrementar el riesgo de cáncer, sin embargo el cerca del 40% coinciden con los expertos en que la ingesta diaria de frutas y hortalizas, y evitar las bebidas alcohólicas ayudarían a la prevención. Según la OMS, un bajo consumo de frutas y hortalizas causa más de 2,7 millones de muertes al año y podría evitar el 30% de la cardiopatía isquémica y el 20% de los cánceres gastrointestinales.